Nombre: Alistair Theirin
Género: Masculino
Edad: 36
Raza: Humano
Clase: Guerrero de espada y escudo.
Orientación sexual: Heterosexual
Aspecto físico: Un buen porte y la figura de un guerrero es lo primero que salta a la vista en él. Su cabello es rubio, sus ojos expresivos y su rostro, siempre sonriente, tiene ese encanto especial de los Theirin. Tiene, además, un gesto muy característico con las cejas.
Descripción psicológica: Alistair es un hombre alegre, con muy buen humor y un pelín inocente. Es un buen hombre, una de las condiciones imprescindibles para ser un gran rey. Es valiente y entregado a las causas justas. Casi siempre está en medio de las historietas de su esposa y su cuñado, con las que, por mucho que o niegue, se divierte muchísimo.
Gustos: El queso, remolonear en la cama cuando no tiene que madrugar, los chistes malos y observar las caras que pone su esposa cuando lee algo interesante. Colecciona runas y le interesa la magia, algo inusual en un ex templario como él.
Disgustos: La traición, la mentira y el deshonor. La guerra fratricida ha dejado demasiados huérfanos, no soporta ver sufrir a los más inocentes.
Virtudes: Al igual que Lady Cousland, es leal, alegre, cercano y una persona de gustos sencillos.
Defectos: Es despistado y a veces olvida su posición cuando está cómodo con alguien.
Familia: El hijo bastardo de Maric fue criado por el arl Eamon hasta que su esposa procuró que fuera llevado a la Capilla y, más tarde, reclutado por Duncan, el cual fue casi un padre para él. Está casado con Sylvia Cousland, con la que compartió destino durante la 5ª Ruina. Ella y su "tío" Teagan Guerrin son su familia más cercana y querida.
Habilidades: Alistair es fuerte y resistente y muy hábil con la espada. A veces, ha utilizado las habilidades que aprendió durante su entrenamiento como templario, pero prefiere no utilizarlas.
Ocupación: Rey de Ferelden
Historia: Alistair fue criado por el arl de Risco Rojo en su infancia más temprana. La esposa de Eamon no era especialmente cariñosa con él, viendo en el muchacho una amenaza para sus futuros herederos, ya que creía que el niño era hijo del propio Eamon. Nada más lejos... Alistair era hijo de Maric Theirin, rey de Ferelden. Pese a ello, consiguió que se le enviara a la Capilla para ser adiestrado como templario.
El entrenamiento era duro e inflexible, pero Alistair tenía unas habilidades muy buenas y rápidamente despuntó en combate. Sin embargo, aquella vida no le gustaba y se sentía tremendamente desgraciado, pues siempre se veía como un pez fuera del agua, además de tener que ocultar su identidad, pues una vez que alguien la conocía, le trataban de forma diferente. La llegada del comandante Duncan, de los Guardas Grises cambiaría su vida hasta un punto que ni siquiera sería capaz de imaginar.
Duncan no dudó un segundo en reclutar a aquel chaval rubio de gran sonrisa y nunca se arrepintió de ello. En el comandante, Alistair encontró el cariño y el apoyo de algo parecido a un padre y, si bien era inflexible y exigente, siempre tenía palabras de aliento para su joven recluta.
La fatídica Batalla de Ostagar supuso un punto de inflexión en la vida de Alistair, perdiendo a Duncan para siempre por culpa de la traición de Loghain Mac Tir. Perdió también a su hermanastro Cailan, lo cual le afectó más de lo que él creía en un principio. Eso le convertía en heredero en la sombra, un peligro añadido a los planes de Loghain. Con ayuda de Sylvia Cousland, hija del teynr de Pináculo, se sobrepuso a su tristeza y siguió adelante, acabando ambos con la Ruina reuniendo al ejército más grande que Ferelden ha conocido y enamorándose sin remedio de ella.
Tras la Ruina, Alistair, que venció a Loghain en combate singular y se coronó rey, tomó a Sylvia como esposa y gobernaron Ferelden como solo ellos podían: sencillez, lealtad y entrega por sus semejantes. Teagan, arl de Risco Rojo en sustitución de su hermano Eamon, tiene un papel muy importante como apoyo en la corte.
Alistair es un rey justo y cercano y se implica con todos los segmentos de la sociedad. Tiene en muy buena consideración a los elfos y, aunque eso le enemista con ciertos sectores de la nobleza, él se mantiene firme en sus convicciones intentando hacer su vida más fácil. Siempre apoyó la labor de la Inquisición y mostró piedad a los magos, lo cual le dio más de un disgusto en Risco Rojo.
La partida por sorpresa de su esposa, a la que venera, le sume en una profunda tristeza, pero jamás dudará de que vuelva sana y salva, al fin y al cabo, ella mató al Archidemonio...