El Feudo del Dragón

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Foro dedicado al juego de rol entre personajes de la saga de videojuegos Dragon Age.


    Pináculo y tierras circundantes

    Fergus Cousland
    Fergus Cousland


    Mensajes : 62
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    Mensaje por Fergus Cousland Sáb Jul 11, 2015 1:41 pm

    -¡Mantened esos monstruos a raya! No les dejéis sobrepasar los limites y por el Hacedor, que alguien ayude a Sandor con esa empaliza, maldita sea!

    Los gritos de Fergus retumbaban por la zona de contención que los soldados habían creado apresuradamente para contener la amenaza de los muertos vivientes.

    Una semana había pasado desde que Fergus se marchase de Feudo Celestial y rápidamente, su grupo se había percatado de la situación. Habían llegado a la conclusión que era mejor pecar de cauto y considerar que la situación de los muertos levantándose de sus tumbas era un fenómeno generalizado. Una rápida discusión con sus hombres llevó a Fergus a ordenar la vuelta a marcha forzada hacia Pináculo; por mucho que quisieran ayudar a los demás fereldanos, sus hombres tenían familias en el Teyrnir y preferían volver para saber de su situación.

    Volviendo en tiempo récord, Fergus se sintió aliviado de saber que las familias de sus hombres se encontraban a salvo, todo gracias a la rápida actuación de las fuerzas bajo su mando.

    Fergus no podía sino sentirse orgulloso de los hombres y mujeres que conformaban su cuerpo de soldados: entrenados duramente durante diez años, eran guerreros curtidos y altamente efectivos. Si en algo destacaba Pináculo desde la Ruina era en la calidad de sus fuerzas armadas y eso se debía al deseo de Fergus de que no sucediese nunca más una tragedia como la que acabó con la vida de su familia con la traición de Howe. Gracias a ese fuerte deseo, su experiencia y algún que otro consejo de Sylvia y Alistair, Fergus había creado una verdadera fuerza a tener en cuenta.

    Esa misma fuerza era la que llevaba repeliendo a los muertos de las zonas de población durante toda una semana con temple inquebrantable y una determinación admirable. Con la ausencia de la autoridad máxima -en este caso, él mismo-, se había creado un vacío llenado rápidamente de manera colectiva por los diferentes líderes de pelotones que respondían a sus respectivos comandantes. La prioridad había sido proteger el castillo de Pináculo -con la ciudad colindante del mismo nombre- las diferentes aldeas menores y las lineas de suministros.

    Ante la adversidad inesperada, sus hombres habían dado la talla y el no sería recordado como el Teyrn de Pináculo que se mantuvo en la seguridad de sus muros mientras su Teyrnir ardía a su alrededor.

    -Soy un Cousland. Hacemos lo que debemos por el bien del reino -murmuró para si mismo Fergus antes de girarse para mirar a los hombres que se encontraban con el en Vado de Harper. Podía oír como los revividos se amontonaban en la empaliza, espoleados frenéticamente por algún motivo. No tardarían en entrar-. ¡Escuchadme, aquello a lo que nos enfrentamos no son nuestros amados fallecidos! ¡No son nuestro padre y nuestra madre, no son nuestra esposa o nuestro marido; nuestro hijo o hija! ¡No lloremos por destruir aquello que ahora reside en el reino del Hacedor! Aquellos a los que nos enfrentamos no son más que cascarones sin vida, reflejos grotescos de lo que una vez fue! ¡No vaciléis en ningún momento, pues hacerlo es invitar a la muerte! ¡Pináculo no caerá ante la oscuridad que se avecina! Seguidme ahora y mostremos a todo aquel que mire, mortal o no, la templanza de los hombres y mujeres de Pináculo! ¡Por Pináculo, por Ferelden!

    Los gritos de sus soldados, enardecidos, le llenaron de fuerza y orgullo al girarse para hacer frente a la tromba de renacidos que se apresuraban hacia ellos.

    -¡Arqueros y caballería, a mi señal! ¡Enviemos estos engendros al Vacío del que vinieron!

    Puede que Ferelden volviera a ser atacada por un mal desconocido, pero Pináculo resistiría y la llama que era el Teyrn ardía con más fuerza que nunca.

    Nota:


    Última edición por Fergus Cousland el Dom Jul 12, 2015 11:05 am, editado 1 vez (Razón : Correcciones)
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    Mensaje por Fergus Cousland Lun Jul 13, 2015 5:53 am

    Horas después, Fergus se hallaba descansando en la casa del alcalde de Vado de Harper, reconvertida en un puesto de mando provisional frente a la amenaza de los muertos vivientes.

    -¿Cómo es la situación? ¿A cuántos hemos perdido?

    -Menos de lo esperado, más de lo que me gustaría saber, mi señor. Si bien nos enorgullecemos de ser uno de los mejores cuerpos militares de Ferelden, si no el mejor, es casi imposible no perder a varios de nuestros soldados en una confrontación, y menos en una tan... perturbadora como la de enfrentarse a muertos vivientes -contestó uno de los hombres de confianza de Fergus, con media cabeza vendada fuertemente debido a una fea contusión.

    Fergus no contestó inmediatamente, limitándose a repicar rítmicamente sus dedos sobre la mesa de operaciones con la que trabajaban. -Ya veo... ¿Han sido informadas las familias de los fallecidos?

    -Me aseguré personalmente de que se hiciera, mi señor. Aunque sea un flaco consuelo, ordené especificamente que se les dijera que habían luchado fieramente por defender Pináculo y sus familias -replicó una joven mujer de cabello rubio. Se llamaba Elizabeth y era lo más parecido a una estrella en alza en las filas del ejército de Fergus, algo que el hecho de estar en su consejo de guerra demostraba.  

    -Es un flaco consuelo, en efecto, pero es lo único que podemos ofrecerles ahora mismo. Bien hecho, Elizabeth -asintió con la cabeza Fergus antes de señalar un mapa de Pináculo. -Quiero un reporte de la situación actual. ¿Cómo se encuentra Pináculo? ¿Qué hay de mi ejército? Quiero saber cómo lo está llevando mi gente, no importa que sean humanos, elfos o enanos. ¿Y mis líneas de suministros, seríamos capaces de aguantar con los terrenos de cultivo de los que disponemos en caso de perderlas?

    En ese momento, otra mujer, esta vez con aspecto curtido que delataba su veteranía se acercó. Sus ojos férreos de color marrón observaron a todos los presentes antes de posarse en su Teyrn, al que le dio una comedida inclinación de cabeza como muestra de respeto.

    -Mi señor, la situación está controlada por el momento, pero es increíblemente difícil predecir como se desarrollará la situación en los tiempos próximos. Las rutas de suministros principales y más vitales están aseguradas, pero eso no significa que recibamos los suministros necesarios si estos no se producen, algo a lo que me lleva a recomendar que intentemos reconvertir Pináculo en una zona autosuficiente hasta que este caos haya pasado.

    «Sobre el ejército, ahora mismo seguimos con casi la mayoría de nuestros hombres, según lo que sabemos. Hemos tenido problemas con soldados que se encontraron a los cadáveres de sus amados fallecidos y vacilaban al atacar, habiendo de ser rescatados por sus compañeros.»

    La mujer iba a continuar su informe, pero Fergus la detuvo por un momento alzando una mano. -Kelly, quiero que se envíe un mensaje urgente a todas partes de Pináculo. La prioridad son los soldados, pero si se puede extender a mi gente, mejor. Quiero que se conciencien de que no están peleando con sus allegados muertos, están peleando con cascarones sin vida, muertos vivientes. No hay nada en ellos de aquello que fueron cuando estaban vivos. No les abrazarán si no es para despedazarlos. Que no vacilen al atacar, porque significará su muerte. Si no interiorizan estas palabras, flaquearán.

    -¡Sí, señor, así se hará!

    -Bien, ¿qué más hay por-?

    Justo en ese momento, Fergus fue interrumpido por el guarda apostado en la entrada de la casa. La irritación en su modo de andar y su rostro era palpable.

    -Mi señor, hay un hombre aquí fuera que jura que lo habéis hecho llamar. Tiene pinta de harapiento, pero lleva una capa negra y un cinturón rojo, algo que dice que vos reconoceríais.

    -Y lo hago. Él es efectivamente alguien a quien hice llamar. Hazle pasar; a todos los demás, seguiremos con esto más tarde. Elizabeth, quiero que lleves los entrenamientos de esta semana. Kelly, tu la supervisarás. James y los demás, encargaos de mantener Vado de Harper en condiciones para resistir otro posible ataque. Podéis iros.

    Con miradas de reojo llenas de confusión y preocupación entre ellos, los oficiales abandonaron la sala en silencio, dejando Fergus sumido en sus pensamientos durante unos preciosos segundos hasta que entró en la sala un hombre.

    Harapiento era no hacerle justicia, pues parecía haber pasado toda su vida en la calle, con la piel mugrienta y las uñas de las manos negras. De aspecto demacrado y apoyándose en un bastón, el hombre era la viva imagen de un pobre desgraciado, desvalido y a las puertas de la muerte. Por supuesto, Fergus era lo suficientemente listo como para saber que la mayor parte de su aspecto no era más que una patraña.

    Sin ningún interés en marear la perdiz, Fergus fue al grano, -Me dicen unos amigos que puedes concertar una cita con el Lobo Oscuro. ¿Es eso cierto o me han hecho perder el tiempo?

    Fergus nunca negaría la satisfacción de ver como el hombre se estremeció y se irguió casi instantáneamente, estudiándolo con ojos inteligente.

    -¿Y bien? -le azuzó el Teyrn de Pináculo con una media sonrisa.

      Fecha y hora actual: Jue Nov 21, 2024 6:22 am